Parecía un asunto pendiente, pero las entidades bancarias han tomado el rumbo correcto en cuanto a su exposición al sector inmobiliario y constructor se refiere.
Después de la La Circular 5/2011, de 30 de noviembre, del Banco de España, se puso de manifiesto que la línea a seguir se llama “transparencia”. Los bancos están obligados a hacer públicos de manera habitual los datos sobre su exposición al sector de la vivienda, la financiación a hogares para comprar propiedades y el espesor de activos adjudicados o recibidos en concepto de deudas.
En los estertores del año pasado, los movimientos en nuestro país relacionados con el sector inmobiliario de los bancos más influyentes ofrecieron una importante exposición a este sector de unos 150.000 millones de euros. El desatasco en este ámbito ha experimentado una gran mejoría teniendo en cuenta que en 2012 se hablaba de 215.000 millones. Probablemente se haya debido a varios factores, como el papel determinante de conocido como “banco malo”.
En esta nueva realidad distinguimos dos principales factores: el crédito enfocado hacia las constructoras y promotoras inmobiliarias, y los activos adjudicados. Con respecto a la construcción, se supera la cantidad de 142.000 millones de euros brutos en 2012 frente a los 65.000 millones del año 2015. Por otro lado hay que referirse a la morosidad latente en este ámbito que con un 41% de la morosidad del entramado financiero nacional, ha iniciado una bajada sustancial, pero debe descender todavía más.
Otro dilema para el sector es el volumen total de activos adjudicados, no se puede hablar de estabilización antes del inicio del pasado ejercicio. Ese retardo en el equilibrio podría tener una explicación; por asuntos que tienen que ver con procedimientos judiciales que comenzaron hace 3 años.
En 2015, su importe bruto asciende a 85.000 millones de euros, con unas coberturas que rondan el 45%. Por lo tanto, las ventas de carteras seguirán siendo importantes para aligerar esta carga.
También es justo recordar que en el ámbito bancario de nuestro país, concretamente en el tipo correspondiente a los más destacados, hay quien ha hecho mejor los deberes y han tomado algo de delantera para años venideros.
Para cercanas fechas , los bancos tendrán que afrontar también lances imprevistos. Primeramente, la Circular 4/2016 de 27 de abril del Banco de España (en vigor desde el 1 de octubre) va a tener consecuencias, entre otros, a la clasificación de los procedimientos dependiendo del riesgo de crédito por insolvencia del titular. También Por otro lado, el Banco Central Europeo ha hecho pública hace poco una consulta con el propósito de que las entidades financieras rebajen los activos conflictivos y de poca producción.