LA VIVIENDA, UN VALOR SEGURO

EL LADRILLO VUELVE A SER UN REFUGIO PARA PEQUEÑOS Y GRANDES AHORRADORES

Cuando todavía nos encontramos luchando contra la pandemia del COVID-19, aunque algunos ya quieran pasar página, metidos de lleno en una guerra de consecuencias inciertas, con una inflación por encina del 6%, y con las Entidades Financieras comenzando a cobrar absolutamente por todo, incluso por tener nuestro dinero y prestarlo a terceros, es normal que cualquier persona, familia o empresa que tenga unos pequeños ahorros se plantee la pregunta de ¿qué puedo hacer para mantener lo que tanto tiempo me ha costado conseguir?

 

Lo cierto es que hasta las opciones financieras de menor riesgo (cuentas corrientes, depósitos, fondos de inversión conservadores, fondos de pensiones) han pasado a tener un componente de incertidumbre, de comisiones asociadas o de demasiada letra pequeña, todo ello acompañado por un nivel de información, servicio y empatía en clara degradación, lo que está generando insatisfacción y cierta rebeldía frente al sistema financiero.

 

En la situación actual, y conscientes de que los cambios a peor que estamos sufriendo serán irreversibles lamentablemente, es normal que se esté comenzando a activar un movimiento de búsqueda de inversiones que aporten tranquilidad, mantengan el valor y, por qué no, aporten una cierta rentabilidad.

 

¿Es una buena decisión invertir en vivienda en estos momentos?

 

La respuesta no puede ser un SI o un NO porque la idoneidad de la decisión dependerá de muchos factores, entre otros de:

  • Perfil del inversor: persona, familia, empresa
  • Nivel de ahorro: importe que puede destinar a realizar la inversión
  • Necesidades de liquidez a corto/medio plazo: importe que necesita para cubrir sus necesidades básicas y pequeños imprevistos que puedan surgir
  • Enfoque de la inversión: mantenimiento del ahorro, rentabilidad, o ambas cosas
  • Tipo de inmueble: características, ubicación, servicios, evolución de la zona
  • Costes financieros: condiciones asociadas a la compra del inmueble

 

La vivienda históricamente ha sido un valor refugio en períodos de incertidumbre y subida de precios, manteniendo o incrementando su valor en series temporales de cierta duración, es decir, incluso en las crisis más graves, si hemos tenido la posibilidad de “no vender” en los peores momentos, superada la crisis no sólo hemos recuperado el valor, sino que en muchos casos hemos obtenido beneficios.

 

La inversión en vivienda es mucho más interesante cuando al ahorro/mantenimiento del valor, le sumamos la rentabilidad que se puede conseguir a través del alquiler, para lo que debe elegirse muy bien el inmueble que se compra y evitar pensar sólo en viviendas en las zonas/poblaciones que yo conozco, porque con ese enfoque podemos estar renunciando a auténticas oportunidades de compra/inversión que, con una menor inversión nos pueden aportar mucha mayor rentabilidad.

 

La compra de una vivienda para ahorrar/invertir debe ser por tanto el resultado de un proceso de análisis/estudio previo del inmueble que mejor se adapta a nuestro perfil, y es recomendable que se realice de la mano de profesionales inmobiliarios que puedan hacer una búsqueda a medida de cada inversor.

 

La vivienda es por tanto una buena opción de ahorro para inversores de cualquier tipo siempre que la decisión se tome de forma meditada y tras analizar todas las variables asociadas a la misma para reducir los riesgos y la incertidumbre, que es uno de los objetivos de todo ahorrador.

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