El mercado inmobiliario y los nuevos hábitos de inversión
Hasta hace bien poco, comprar piso no dejaba de ser una aventura en la que muy pocos querían embarcarse si no era estrictamente necesario. Las caídas continuadas en el precio de la vivienda solamente parecían garantizar pérdidas para el futuro en el caso de tener que vender algo adquirido – generalmente – con tanto esfuerzo, como es un piso, o bien una casa o chalet adosado, independientemente de que se tratase de una primera o segunda residencia o – algo mucho más impensable – un inmueble adquirido con tan sólo fines de inversión.
Afortunadamente esta tendencia ha cambiado. Y no se puede hablar de un mero repunte ocasional. Se trata ya de una tendencia al alza claramente consolidada durante varios meses, reveladora un cambio de hábitos de inversión en el mercado inmobiliario. Cada vez más se configura la vivienda como la inversión del momento, que está ya ofreciendo una rentabilidad bruta del 8,3 %.
Además, la circunstancia de que este crecimiento arranque desde una posición de partida de precios bajos, no hace más que confirmar las expectativas de rentabilidad en el futuro, dada la existencia de un amplio margen de mejora. Así lo confirman informaciones, como por ejemplo la relativa a que el precio de la vivienda terminada subiera un 2,2% en el primer trimestre de 2017 en relación al mismo período del año pasado, con incrementos del 3,1% en la vivienda nueva y del 2,1% en la usada
De modo que si usted es de los afortunados que está pensando en este momento en comprar casa y le preocupa el futuro de su inversión, las perspectivas no podían ser más halagüeñas. Por eso puede decirse que estamos en el mejor momento para invertir en la compra de un chalet individual o adosado, de un piso o de un apartamento en la playa, por citar algunos ejemplos. Porque además de unas previsiones de revalorización fiables y en aumento paulatino, idóneas para el caso de venta en el corto y el medio plazo, existe la posibilidad de obtener también un rendimiento prácticamente inmediato a través del mercado de alquiler, tanto para fines de vivienda como para alquileres de temporada.
Esto es debido a que, en un contexto de previsiones de crecimiento económico en niveles al alcance de muy pocos países actualmente, el consumo interno comienza a jugar un papel relevante, con una recuperación lenta, pero sostenida.
Por eso hace ya tiempo que, para muchos españoles (y extranjeros, residentes o no), alquilar un apartamento de vacaciones, por poner un ejemplo, ha dejado de ser un lujo postergado para tiempos mejores. Y quien dice un apartamento, dice también alquilar un piso o un adosado.
Y es que el mercado del alquiler de vivienda, tanto de primera como de segunda residencia está viviendo unos momentos expansivos evidentes en la mayoría de las ciudades, como pone de manifiesto el hecho de que el precio del alquiler de vivienda en España ha sufrido su mayor incremento en los últimos 10 años . Hasta el punto de que en algunas ciudades se habla de “locura por el alquiler” al referirse al incremento imparable de los precios de arrendamiento de la vivienda.
Todos estos indicios son lo suficientemente elocuentes para revelarnos las grandes posibilidades que ofrece el mercado inmobiliario, y su reactivación evidente. Tanto por el incremento de la demanda de compra con fines de vivienda o vacacionales, como por el creciente atractivo como inversión ya sea con miras a rentabilizar su revalorización o a obtener un interesante rendimiento por la vía del alquiler.
El futuro empieza hoy. Los tiempos del ahorro preventivo – por lo que pudiera pasar – han dejado paso a una realidad que se está imponiendo: el dinero inmovilizado no sólo no ofrece rentabilidad alguna, sino que pierde valor, invertirlo no es ya una opción, sino casi una obligación. Por eso, ahora mismo, para muchos emprendedores, uno de los negocios con mayores perspectivas de éxito es la abrir una franquicia inmobiliaria.