EL CALOR DEL VERANO ¡YA ESTÁ AQUÍ!

Consejos para afrontar el calor del verano sin riesgos para la salud

Todos los años, antes o después, nos encontramos con la noticia de que una nueva ola de calor, que por cierto siempre es “la peor de los últimos tiempos”, que nos alerta por las cifras que nos traslada, tanto de las temperaturas que se van a alcanzar como de las consecuencias que puede ocasionar.

¿Qué podemos y debemos hacer para afrontar los calurosos días del verano?

El Ministerio de Sanidad aconseja seguir un decálogo de recomendaciones generales para prevenir y mitigar los efectos negativos que el calor excesivo puede tener sobre la salud de los ciudadanos.

  1. Beber agua o líquidos frecuentemente, aunque no se tenga sed ni se esté realizando ejercicio.
  2. Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o grandes cantidades de azúcar, ya que provocan la pérdida de líquidos.
  3. Prestar especial atención a bebés, niños pequeños, mayores y personas con enfermedades que puedan agravarse con el calor y la deshidratación, como las patologías cardíacas.
  4. Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, refrescándose cada cierto tiempo.
  5. Reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas más calurosas (de 12.00 a 17.00 hr).
  6. Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
  7. No dejar a ninguna persona ni animal en un vehículo estacionado y cerrado, aunque esté a la sombra.
  8. Acudir al médico ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
  9. Mantener las medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.
  10. Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).

Estas recomendaciones son especialmente importantes en los grupos de riesgo más vulnerables, como las personas mayores, los niños y enfermos crónicos, así como en las personas que trabajan o realizan esfuerzos al aire libre.

Uno de los principales riesgos derivados de la exposición a altas temperaturas es el conocido como golpe de calor, con graves consecuencias que pueden acarrear incluso la muerte.

Los síntomas del golpe de calor son tener la piel enrojecida, caliente y seca, sufrir alteraciones del pulso, dolor de cabeza, confusión, debilidad, insomnio, calambres musculares, náuseas, vómitos, convulsiones o pérdida de conocimiento.

Ante un golpe de calor, lo primero que se recomienda es pedir ayuda y permanecer en un sitio fresco. Es aconsejable tratar de enfriar el cuerpo mediante paños de agua fría o una ducha.

Atendiendo estas recomendaciones, conocidas por todos al ser repetidas todos los años, podemos evitar la mayor parte de los problemas que pueden ocasionar los episodios de altas temperaturas, las llamadas “olas de calor”, y disfrutar, con prudencia y sentido común, del verano.

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